¿Quiénes somos?


No somos los más rápidos, ni los más técnicos, ni los que mejor suben, ni los que mejor bajan, ni los que más kilómetros hacen, ni los que más pulsaciones alcanzan, ni los que mejores bicicletas tienen, ni los que más entrenan, ni los que mejor saltan, ni los que mejor derrapan, ni los que mejores caballitos hacen, ni los que mejor pasan por trialeras, ni los que mejor vadean ríos y arroyos, ni siquiera los que mejor se toman las cañas de después. Somos todo lo contrario, somos diferentes, somos perdedores.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Cambio de latiguillo en freno hidráulico


Una compañera de curro de la cuñada de mi cuñada, para que veas, tiene un gato y una bici. La raza del felino la ignoro, la bici se trata de una Scott Scale.


El gato mordisqueó con nocturnidad y alevosía (no sabemos si con premeditación) el latiguillo hidráulico. Cuando la dueña de la bicicleta fue a echar mano del freno en una ruta llevó la maneta al manillar. Por suerte no sufrió ningún accidente. En la siguiente foto pueden verse las marcas de los colmillos.


Si soy sincero debo reconocer que no he trasteado mucho con frenos hidráulicos. No los uso porque prefiero los frenos V, pero pensé que cambiar un latiguillo no podía ser tan difícil contando, además, con el "soporte técnico" de Jaime, que ya se ha realizado esta operación con anterioridad.


Se trataba del freno delantero. El modelo de freno es un Tektro Draco. Por lo que he leído se trata de un modelo que Tektro fabrica para montar en bicicletas de serie y no es posible adquirirlo de manera individual por parte del usuario final. En cualquier caso los pasos a seguir para sustituir un latiguillo son los mismos independientemente del modelo con el que trabajemos.

Mi principal temor a la hora de trabajar con frenos hidráulicos es contaminar las pastillas con el aceite. No sería la primera vez que me pasa. De manera que decido tomar todas las precauciones posibles. Desmontar la pinza es la primera. Posteriormente sacaré las pastillas.


Levanto la tapa del depósito de aceite y compruebo que, como era evidente, el circuito está seco.


Procedo a desmontar el latiguillo. Retiro la capucha plástica que deja a la vista el tornillo que fija el latiguillo a la maneta.


Con una llave plana aflojo completamente el tornillo quedando el latiguillo separado de la maneta


Procedo de igual manera en el extremo del latiguillo que va a la pinza pero, como dije, previamente retiro las pastillas porque aunque el circuito esté seco siempre puede caer una gota de aceite que las eche a perder.


Con las pastillas fuera, retiro el latiguillo sacando el tornillo fijador.


Ya tengo el latiguillo defectuoso fuera de la bici. Ahora hay que montar uno nuevo. En la siguiente foto puede verse cómo hay que montar un latiguillo para que ajuste a maneta y pinza sin pérdidas de aceite ni entrada de aire.
La tuerca sirve para ajustar el extremo, como ya hemos visto. Luego tenemos una pieza llamada oliva que es un castillo metálico que sirve para fijar una tercera pieza, llamada pin, que va insertada por el interior del latiguillo y tiene una junta tórica. Estas piezas son de un solo uso, de manera que no puedo desmontarlas del latiguillo estropeado para montarlas en el nuevo. Mala suerte.



Buscando en Chainreaction Cycles no tardo en localizar un kit de Tektro con dos olivas, dos pines, aceite mineral y kit de sangrado. Añado a la cesta de la compra un metro de latiguillo hidráulico Hope y ya tengo justo lo que necesito para reparar este freno por tan solo 20€. A continuación veremos cómo se monta.

No debemos olvidarnos meter en primer lugar la tuerca en el nuevo latiguillo (que hemos cortado a la medida del viejo) o de lo contrario, una vez insertada la oliva y el pin, no podremos meterlo.
A continuación metemos la oliva y por último el pin.


Para meter el pin tenemos que utilizar un poco de maña y algo más de fuerza. Necesitaremos un martillo de goma. Existen unas piezas plásticas que se colocan envolviendo el latiguillo para fijarlo a un tornillo de banco y poder introducir el pin a golpes de mazo. Yo, como no tengo ni esas piezas de plástico ni tornillo de banco he cogido un puño de goma espuma viejo, he metido el latiguillo por su interior y por fuera lo he sujetado con unos alicates. Con la otra mano un par de golpes con el martillo de goma han hecho el resto.


En este punto de la reparación la oliva, la pieza dorada, se desliza por el latiguillo. No pasa nada, es normal. Al apretar la tuerca contra maneta o pinza el interior de la misma hace que se deforme la oliva aprisionando fuertemente el pin contra el latiguillo.

Procedemos ahora a montar el nuevo latiguillo, con los dos extremos montados.


Como imagináis no tiene más misterio que apretar las tuercas fuertemente. Encontraréis resistencia, ya que tendréis que deformar la oliva como hemos dicho anteriormente.


Con el latiguillo cambiado hay que llenar de aceite el circuito. En primer lugar hay que poner en horizontal el depósito de aceite de la maneta y a continuación abrir el tapón de purgado.


El kit incluye un macarrón de plástico con un extremo terminado en un casquillo roscado que se acopla perfectamente al orificio que acabamos de descubrir. En el otro extremo de este latiguillo ponemos una bolsa de plástico para recoger el aceite que pueda sobrar en nuestro proceso de llenado del circuito.


En la pinza hay un orificio, también cerrado mediante una tuerca, que se utiliza para introducir el aceite con ayuda de una jeringa y un macarrón. En la foto podéis ver el macarrón colocado.


Llenamos la jeringa de aceite mineral. Ambos elementos venían incluidos en el kit.


Abrimos la tuerca de llenado y con cuidado vamos empujando el émbolo de la jeringa para introducir el aceite en el circuito.
Cuando vemos que el aceite sale por el macarrón que previamente colocamos en la maneta el circuito estará lleno.


Retiramos los macarrones con cuidado para no verter mucho aceite. Yo utilicé papel de cocina para no manchar mucho.
Cerramos la tapa del depósito, colocamos las pastillas y podemos hacer la prueba de cómo ha quedado nuestro freno.


Por desgracia, en el caso de esta reparación particular, el aceite debió resbalar hasta las pastillas cuando el gato mordió el latiguillo porque cuando probé cómo frenaba la bici el resultado no era ni de lejos el que tenía que ser.
Limpié bien el disco con alcohol y con ayuda de un torno de mano lijé las pastillas.


La frenada mejoró, pero seguía sin tener la potencia que un sistema de disco hidráulico ofrece. No se me ocurre otra solución que cambiar las pastillas. ¿Se os ocurre a vosotros cómo recuperarlas?

lunes, 4 de noviembre de 2013

Pegatinas BH Top Line Jumper - Capítulo 2

En una entrada anterior comentaba mi decisión de cambiar las pegatinas de la BH Top Line.
Si recordáis, encargué las pegatinas y como he ido recientemente al pueblo he tenido la ocasión de colocarlas.
Voy a explicar, en primer lugar, cómo he hecho para quitar las pegatinas antiguas.

Aquí podemos ver el cuadro con los adhesivos originales.


No estaban en muy mal estado, realmente. El motivo de la sustitución es, como ya he dicho, por gusto.


Para quitar los adhesivos he utilizado una espátula normal y corriente y un poco de paciencia (no mucha).


Una vez eliminada la pegatina quedan restos de pegamento.


Para eliminarlos he utilizado un disolvente de uso doméstico que tenía, casualmente, en casa.


Aplicado con un trapo el tubo queda completamente limpio.



Después de un rato hemos quitado todos los adhesivos de la bicicleta. La verdad es que me gusta más sin pegatinas que con las originales.



A continuación procedemos a cortar las pegatinas, que llegaron en una sola lámina. Como veis, para aprovechar la misma imprimieron pegatinas de sobra. Mejor así. Si estropeo alguna en el proceso tendré recambio. Muchas gracias de nuevo, Miriam, Susana y Jaime por dibujarlas y llevarlas a imprimir.


Una vez cortadas las presento en el cuadro y con una tarjeta de crédito (en mi caso utilicé la de la gasolinera) la raspamos para pegar bien el vinilo al aluminio. He empezado por la más pequeña, la que va en la pipa de dirección, porque además es de la que más repuestos tengo.


El resultado me gusta.


Con un poco de tacto voy colocando todos los adhesivos. Apenas tardo media hora en colocarlos todos. Aprovecho la sesión para cambiar la tija y el cierre (también por estética) y el resultado me satisface plenamente.


En su hábitat natural, por supuesto, luce mejor.